El dos gardenias se haya situado en un caserón años 50 en el reparto habanero de Miramar. Un precioso edificio rodeados de jardines, donde en la parte baja se encuentra el restaurante y en la superior una sala para conciertos y bailes
Conozco su sala Bolero como otro templo del feelin habanero, esa forma de cantar el bolero desde el sentimiento, desde hace ya bastantes años. Un espacio tipo cabaret donde se dan cita los mejores artista del género de la Habana. Con una cadencia de uno por noche. Una sala en la semi oscuridad, un escenario íntimo con una gran barra precedida por las fotos iluminadas de los grandes compositores y boleristas cubanos que atrapan al visitante entre dos fuego dispuesto a saborear la noche, el feelin y un buen daikiri. Aquí cada noche se rinde cumplido homenaje a Isolina Carrillo. el espectáculo siempre empieza con la melodía del su más famosa composición que da nombre al lugar, la luces se apagan y el presentador antes de dar paso al artista tiene una palabras de recuerdos para ella. Es una liturgia.
La noche depende de los artistas y el ambiente. Nada hacia presagiar un naufragio. Hacia tiempo que no venía y no conocía los derroteros de los últimos tiempos. El portero con pajarita a la entrada del jardín anunciaba que el espectáculo en la sala estaba a punto de empezar enfilando la medianoche. Prometía .
No sabía de la batalla bolero versus reguetón a la me que dirigía
Todo había cambiado y la noche no se componía como esperaba. Empezando por pedir el trago de la casa y ser informado de la ruptura de la máquina de picar hielo y la imposibilidad de hacer un daikiri . El presentador , como siempre, invocó a Isolina y el cantante de turno hizo lo que pudo. Pero ante un público que igual le daba escuchar a Elena bouquet o la última de Enrique Iglesias la suerte esta echada. Allí todo el mundo solo esperaba el perreo…
La noche se pliega a los deseos del turista recalcitrante y esa juventud cubana que huye de la nada cotidiana. Un publico más interesado en encontrase que en la música y el momento. De esta forma transcurre el espectáculo . El reguetón, que todo lo puede, empieza a sonar con su ritmo machacón antes de que se enfríe los acordes del último bolero, mientras el artista huye por el lateral……..entonces se abre la veda.
Los empleados de la casa con sus corbatas y pajaritas son como esquimales en la sala de un beduino. Sus ojos contemplaron otros tiempo. Divertido contemplar sus piruetas para poder retirar las sillas y la mesas del salón rodeados de un bosque de cinturas practicando el perreo. La fotos de los insignes boleristas contemplan impávidos las escenas incapaces de cerrar los ojos.
Todo cae y cabe en ese delirio habanero. Pliegues de sudor y carne tiene la noche capitalina . Esa almagama de miradas que escrutan la noche, el entalle de los vestidos al son, la torpeza del turista accidental y esos camareros poniendo Habanas libres a ritmo tun,tun,tun.
La cosa va a tanto que lo americano ya han metido en su diccionario una palabra para designarlo en ingles se trata de “twerk”, (perreo) o twerking (perrear) como se ve no quieren perder lanza y cuando Cuba vuelva a ser suya quieren poder pedir un buen perreo en su lengua. Hasta Hanna Montana va y le hace un twerk al mundo. Pero es cierto en la Habana hoy se perrea en las discoteca, en la casa, en el colegio, en el patio del vecino y en el de la vecina. Estos cubanos tan innovadores en música y ritmo nos manda esto para conquistarnos, si me ponga paranoico pienso en un maquiavélico plan de los Castro para exporta la revolución . Pero no, no puede ser, siempre tuvieron serios problema para conciliar el cimbreo de las nalgas cubanas con la arquitectura rusa.
Si ,el perreo esta en la Habana y amenaza el mundo, todavía es pronto para conocer sus efectos secundarios pero el que escribe no tiene problema en reconocer de que si hay que rendirse se rinde uno. Pero yo esa noche andaba detrás de la buena música, del feeling , del bolero y de otra noche habanera. Asi de esta guisa abandone a Isolina Carrillo que posiblemente tenia espasmos desde su tumba.
La cosas han cambiado y muchos en el Dos Gardenias.
Bajando la escalera imperial veo la programación de la sala Bolero para la semana. Me sorprendo al ver a boleristas como Raquel González y Ela Calvo actuando entregada a semejante público . Me pica la curiosidad para venir a verlo pero una noche en el Dos Gardenias actual han sido suficiente. Y en esta ocasión el perreo gano por goleada
Me fuí al gato, a otras puertas, otros boleros y otras historias.